Silencio. Mucho silencio. Después de tanto ruido. Todo pasó muy rápido. Alguna vez supuse una situación como la que ocurrió y no hice lo que había pensado. Actué por instinto; por reacción.
En algunas de esas ocasiones tienes suerte y sales ileso del accidente. El carro queda destrozado pero a ti no te sucede nada en absoluto.
En otras ocasiones tienes mala suerte porque ni siquiera parece un accidente grave y mueres.
Pero hay algo que escapa de la visión común. Al menos a mí se me escapó tanto el día en que imaginé esta como ayer que en realidad me ocurrió.
Porque no sabes, con certeza, si fue buena o mala suerte el salir vivo pero con la espina dorsal cortada en tres partes. El necesitar a partir de ahora una silla de ruedas.
Por lo que aseguran los médicos, voy a tener el resto de mi vida para averiguarlo.
Roy
13/ Abril/2004
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