martes, 17 de noviembre de 2009

Disculpe pero lo perdí

  • Estamos reunidos hoy para honrar la memoria de Jesús. Quien ahora se encuentra al lado del hijo de dios. Si desean pueden pasar a despedirse del cuerpo; pues el alma seguramente ya oyó sus plegarias.
  • ¡Padre! – Se oye un grito entrecortado detrás del párroco; uno de los ayudantes de la iglesia le pide con ademanes que se acerque. Lo que a continuación le dice ningún feligrés puede oírlo - ¡No abra el sarcófago!...Este... perdimos a Jesús.
  • ¿Cómo que perdieron el cuerpo? ¡Está vacío el ataúd! ¡Madre Santa! ¿Qué idiotez han hecho?
  • Bueno vacío no está. Digo en realidad confundimos a dos muertitos. En el ataúd está José; pero ni se preocupe capaz que nadie se da cuenta.
  • ¡Pero como son tarados! Jesús es un muchacho de 28 años y José un viejo de 63. ¿Realmente crees que nadie va a notar la diferencia? Pero si ustedes son...


Otro grito se oye en la iglesia esta vez de una mujer. Ella acaba de darse cuenta de la situación al abrir el féretro.



  • ¡Dios mío! Este no es mi Jesús.
  • Bueno padre pues yo ya me voy. Este...que la pase bien.
  • ¡Un momento! Primero que nada me dices en donde esta el muerto que debe estar aquí, luego me dices en donde debe ir este y por último vas a hacer la peor de las penitencias que pueda ocurrírseme.
  • No se altere padre recuerde su presión. Además pueden ir a visitar a su pariente cualquier día en la Universidad.
  • ¿Pero ahora que tontería estas diciendo?
  • Pues que el cuerpo que esta aquí debía ser enviado a la Facultad de Medicina y como nos equivocamos es el de Jesús el que está allá. Y ahora es parte del museo del departamento de anatomía.




Roy

24 / Abril/ 2004

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